Posteado por: Fabricante de mentiras | 24 agosto, 2023

El Naufragio XXVIII – Flores de papel

Después de tanto tiempo hay un nuevo naufragio.

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Como digo en el episodio, una tarde de parque una mujer me explicaba que no es posible para un varón sentir lo que ella al caminar por la calle, al entrar a un café o a un bar, a viajar en el transporte público. Y cuando seguía rumiando eso, me llegó por teléfono un poema grabado sobre ese mismo tema.

En seguida le pregunté a la persona que me lo había enviado, Darío Dassie, poeta y ocasional productor del Naufragio, de quién era. Cecilia Copetti (aka @tecitoypoesia) es su autora y el libro Estrés Postraumático (2022), editado por @lasquenoduermen.ediciones.

En seguida me comuniqué con la autora para pedirle permiso, a ella y a Darío, para compartir el poema, primero, después para comprarle el libro. Y tras recibirlo, también le pedí que me grabe un poema. El resultado es este episodio.

Por cierto, a Darío pueden escuchar recitar poemas en su canal de Telegram.

Para coronar los textos, conocí esta tremenda versión por Marilina Bertoldi, que había escuchado/visto en el falso programa de radio por Twtich, Mentiras verdaderas (lun a vie de 8 a 9 por acá). Bien vale disfrutar este video:

¿Escuchaste el poema que me llegó, leído por Darío? «Page Break», se llama. Me pareció una continuación de este tremendo poema de Susana Thénon, «¿Por qué grita esa mujer?»

Comentarios, críticas o sugerencias acá, al twitter, al instagram o a la fanpage. Gracias. Hasta la próxima. Yo Ni Dominguez.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 24 junio, 2021

Aires mortuorios

Leo en Adán Buenosayres (1948), de Leopoldo Marechal:

Se miraron las Tres Cuñadas, nariz contra nariz, ojos metidos en los ojos, echándose mutuamente a la cara sus alientos podridos. Y sonrie­ron con beatitud al respirar aquella delectable atmósfera de muerte. Arpías de gran olfato, ellas revoloteaban, invisibles aún, en torno de los agonizan­tes: recogían la mirada última, el gesto final y la postrera gota de sudor. Y se materializaban de pronto allá mismo, en la casa recién herida, sabo­reando el tumulto del primer instante y la contracción de los rostros en los cuales el estupor no ha cedido aún su lugar al llanto. Y después, ¡oh, delicia!, la noche inmensa del velorio: aquella larga vigilia en la penumbra, junto a una cosa inerte que aún está y no está ya en este mundo; el olor espeso de las flores mortuorias y el de la cera que se derrite; y aquel vasto silencio de la madrugada, roto a veces por el mugido terrible de alguien que se durmió, ha despertado y recuerda.

Sacerdotisas de una inflexible liturgia, las Tres Cuñadas Necrófilas volvieron a estudiar con ojos críticos los detalles de la cámara fúnebre, el espesor del ataúd, la envergadura de los candelabros, el precio de las flores.

Y la descripción de tal escena me recordó al cuento «Conducta en los velorios», de Julio Cortázar en Historias de cronopios y de famas (1962). Acá lo pueden escuchar leído por el autor:

En fin, cruces literarios en velatorios. ¿Algún otro cruce para compartir?

Hasta la próxima!

Posteado por: Fabricante de mentiras | 19 febrero, 2021

Perseverance, Marte y Bradbury

El 18 de febrero de 2021 llegó a Marte la misión Perseverance. Vi la transmisión en el canal oficial de Nasa en español (recomiendo muchísmo), y me emocioné al recordar al niño que alguna vez soñó viajar al espacio. También recordé al querido Ray Bradbury, acaso la obvia relación de Crónicas marcianas y tantos cuentos y poemas.

Un poema de Ray Bradbury:

¿Por qué la Viking Lander,
Por qué el planeta Marte?

¿Por qué Marte?
¿Por qué ir a ingestigar ese sitio?
La raza humana hace una pausa, responde
y no, no es Porque Está Allí.
Caminamos por el aire de aquí a ese planeta
porque estamos mpas que enamorados de la vida y de lo que somos.

Y eso ¿qué es?, preguntas.
Si quieres la respuesta, lee a Shaw:
el querido G.B.S. se interroga
y quiere saber qué somos.
¡La Fuerza Vital del Universo
que está deseando Ver!
Que está destinada a Ser.
Y en el acto de ser, cambiar, ver, tocar, crecer
se alza como una bestia que tiene cociencia de sí misma
y sabe que lo sabe y continúa sabiéndolo.
Somos la Luz del Abismo que viene de la Pléyades,
la materia que, nacida en la oscuridad,
ahora ve y sabe conoce y ve.
Carne muda hace poco encontrada a la que han dado lengua
para cantar extrañas canciones que hasta nuestro tiempo nadie
había cantado.
¿Y cuál es la melodía, la canción?
Fabricar fuegos y correr más que la luna
y con nuestras nuevas y llameantes cuadrigas egipcias
volar y aterrizar, saborear, tocar y conocer el extraño Marte.
Y con lso conocimientos obtenidos hacer una levadura perdurable
que haga crecer al hombre diez veces y le permita
darse un festín con el unvierso y las estrellas
y usar como semillero-estación-cuna
ese Marte vacío.

Otra vez: ¿Qué es esta carne perturbada, insatisfecha
que anhela intentar y probarlo que nadie ha intentado?
Muy sencillo: la Fuerza y la Materia transformadas en
Pensamiento y Voluntad,
el Pensamienbto que sueña volar sobre el fuego
para que seamos reyes de las montañas marcianas.
Como Salvadores, nos invitamos a salir de la tumba terrestre
y buscar un sitio mejor, un espacio más amplio.
Marte no es más que el Principio,
y el fin el Cielo Real,
tal es el poder del hombre para fabricar y mandar
en respuesta al viego grito y a la más rancia desesperación de Job:
¡El hombre no debe febilitarse y caer, y, tras la caída, morir!
¿Por qué Marte? ¿Por qué estpa viajando la Viking Lander?
Para divisar el Tiempo, para dar al hombre el Día Eterno…
Para desbloquear las puertas de la tumba de los años-luz,
para abrir de par en par el portal;
para dar al hombre el don de las estrellas,
para hacerlo inmortal.
Para aplastar la Oscuridad, para matar la Muerte final
y dulcificar al Hombre infundiéndolo un aliento que no cesa.

Ray Bradury, «Why Viking Lander / Mars?«. Versión de Marcial Souto en Ray Bradbury. Antología poética (2000).

La misión Viking Lander ingresó a órbita marciana en junio de 1976 y la noticia motivó a Bradbury a escribir el poema.


En este episodio del Naufragio hablamos sobre viajes al espacio exterior e interior, de la mano de Bradbury, Teillier, Gil de Biedma, Bowie, Rolando Laserie, The Beatles e Idea Vilariño.

Y en la película Lo and Behold (2016), de Werner Herzog, se alude a la vida en Marte.

Recomiendo también el podcast Solaris, de Jorge Carrión y equipo. Este episodio trata sobre Marte.

En la transmisión oficial de la NASA en español hay al menos dos momentos en que se dirigen a los niños y a las niñas, investigadores en el futuro. Hacia el final, «ojalá a estas personitas se les prenda la chispa», dice la presentadora e investigadora junto a su colega, que alguna vez nosotras también tuvimos, la chispa de ‘ey, yo quiero hacer eso, quiero estar ahí’. Y me emocioné, porque ¿quién no quiso ser astronauta? El nombre de la misión, Perseveance, Perseverancia, invita a luchar por los sueños. Y como esto es poesía y música, recuerdo el verso de los Redondos: «Miren lo que este bicho logró / al confiar en sus sueños».

Dulces sueños y ¡buen viaje! Hasta la próxima.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 9 diciembre, 2020

EL Naufragio XXVI – AD10S Maradona

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Episodio XVI del Naufragio, como la edad que tenía Diego Armando Maradona en México 86.

Poesía y música para homenajear al más grande de todos los tiempos, Diego Eterno.

Participan en este episodio Juan Sansturáin, Leonardo Favio, Dylan Thomas, Álvaro de Campos, Henry MIller, Friedrich Nietzsche, Harry Martinson, Oscar Wilde, Astor Piazzolla, Enrique Pinti. Desde la música, Diego canta «El sueño del pibe», Silvio Rodríguez, Los Abuelos de la Nada, La GFuardia Hereje, Rodrigo.

Transcripción del episodio disponible acá.

Comentarios, críticas o sugerencias acá, al twitter o a la fanpage. Gracias. Hasta la próxima. Yo Ni Dominguez.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 7 junio, 2020

Nubes de la infancia

 
 
La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque
aún no ha tocado el suelo.
Dylan Thomas

¿De qué color era el cielo esa tarde en que dejamos de ser niños?
En mi caso, un cielo naranja, posiblemente, como los que hay en el sur. Observado en el momento en que la pelota se iba al corner y levantábamos la vista buscando algo más allá («mañana habrá veinto», dice mi abuelo).
Transcurre la tarde y nos despedimos de los amigos. Abandoanamos la canchita improvisada en el patio y taza, taza.
Al llegar, un vaso de agua fría, algún sánguche de jamón, y a la ducha. Mañana hay que ir a la escuela.
Y continúan las risas, las miradas cómplices, los planes por concretar que tramamos en el recreo, o en un papelito que nos pasamos entre un banco y otro, y que nunca concretaremos.

Miramos el cielo el día siguiente y lo reconocemos. Pero algo ha cambiado en nosotros. No lo detectamos. Suponemos que eso es el crecimiento.

Despegamos de nuestra ciudad para irnos a buscar la vida, el destino, a otra ciudad. Entre lo venturoso de los descubrimientos y el aprendizaje de rutinas, pasan los días, las risas, los llantos, puteos y amores. Creemos que todo va más o menos bien. No nos percatamos que dentro nuestro se va tornando nublado, gris, es más fácil ser un autómata, on/off.

Y un día, sin previo aviso, nos asomamos a la ventana y el cielo nos recuerda aquella tarde en que dejamos de ser niños. Por los minutos que dura el atardecer, revivimos las risas, los amigos, el tiempo en el cual nuestra mayor preocupación era una pelota, un pase bien hecho, una gaseosa y un sánguche para después.
Nos aferramos apenas a esas imágenes. De algún modo, nos consuela saber que crecimos, pero el niño que se morfaba goles y sánguches por igual, sigue riendo, sigue estando ahí cada vez que levantamos la vista y el cielo nos devuelve un color.

¿Te acordás de qué color era el cielo cuando pegaste el estirón?

A propósito, una canción de Namaes que siempre me recuerda al sur:

Gracias por pasar. Hasta la próxima.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 29 May, 2020

El Naufragio – Radio XXV

 

Se hizo esperar, pero finalmente llegó el Naufragio edición Cuarentena. Episodio n° 25! La intención, como siempre, es pasar bien el rato, sobre todo ahora, en aislamiento social. Y qué mejor manera de hacerlo, sino de la mano de la poesía y la música.

Comenzamos con Wislawa Szymborska que invita a la auto contemplación con un agradecimiento: «A mi corazón un domingo». Una vez que nos miramos a nosotros, luego miramos hacia afuera, objetos, por ejemplo, que Joaquín Giannuzzi ordena en su «Poética». Jorge Luis Borges también arma su lista de «Las cosas» que lo llevan a la relfexión. Y no debemos olvidar de disfrutar lo sencillo, por eso León Gieco nos canta «Canción del jardinero» de María Elena Walsh.

El segundo bloque comienza con «Hacer es ser» de Ray Bradbury y nos preguntamos por lo que vendrá, de la mano de Oliverio Girondo y «Lo que esperamos». Eso nos invita a escuchar «Zona de promesas», de Gustavo Cerati junto a Mercedes Sosa.

Y a la postre, Nicanor Parra nos propone un «Último brindis». Y celebramos la incertidumbre con The Beatles y «Across the universe».

Cualquier comentario, crítica o sugerencia son más que bienvenidos, aquí, a las redes o al mail. Compartí, cuidate, quedate en casa. Gracias.

Transcripción disponible

[Intro]

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, aquí su servidor, YoNi Dominguez, le da la bienvenida a una nueva emisión de El Naufragio, más que nunca, una islita de poesía en el mar de la incertidumbre. Hoy es 29 de mayo de 2020, y por supuesto, este naufragio lo dedicamos a la cuarentena. Es importante recordar que quedarnos en casa es el mejor modo de cuidarnos.

[Charly: Apaga el televisor]

Así es, gracias Charly. Este tiempo de aislamiento, de quedarse en casa, entre libros, silencio, música, recogí algunos textos para compartir y transitar de modo más ameno esta época que nos toca vivir. Y le damos la bienvenida a una conocida de esta islita, la poeta polaca Wislawa Szymborska. Ya con 73 días de cuarentena, y los que restan, acaso nos desorientamos un poco respecto de los calendarios, y si bien esta poeta, con su particular sentido del humor, nos habla del día domingo, creo que tranquilamente podemos apreciar lo que nos dice en cualquier día, en cualquier momento, porque, es inevitable, que en el aislamiento y el confinamiento, primero nos debemos reencontrar con nosotros mismos.

A mi corazón el domingo – W Szymborska

Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.
Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de tus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.
Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.
Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
y hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.
Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.

Hecha la paz y la conciliación con nosotros mismos, con nuestro órgano vital, al menos, nos queda amigarnos con el espacio que habitamos.
Volver a formar parte y reconocer todas las chucherías que juntamos, libros y discos que hemos olvidado, cartas, las personas más románticas,
fotos, digitales y analógicas, y montón de papeles a pesar del hábitat digital. Objetos en fin, que al estar en casa las 24h, les otorgamos
un nuevo significado, una nueva entidad a aquel imán de la heladera.
En una antología de poesía taoísta, leo a Lin An:

La gran mayoría de las personas,
qué vacía y mal se siente,
porque usan las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para disfrutar de las cosas.

El poeta argentino, Joaquín Giannuzzi, nos da su perspectiva desde la poesía.

Poética – J Giannuzzi

La poesía no nace.
Está allí, al alcance
de toda boca
para ser doblada, repetida, citada
total y textualmente.
Usted, al despertarse esta mañana,
vio cosas, aquí y allá,
objetos, por ejemplo.
Sobre su mesa de luz
digamos que vio una lámpara,
una radio portátil, una taza azul.
Vio cada cosa solitaria
y vio su conjunto.
Todo eso ya tenía nombre.
Lo hubiera escrito así.
¿Necesitaba otro lenguaje,
otra mano, otro par de ojos, otra flauta?
No agregue. No distorsione.
No cambie
la música de lugar.
Poesía
es lo que se está viendo.

Como colorario de este segmento, si Poesía es lo que se está viendo, y en este encierro ¿qué ve Jorge Luis Borges?

Las Cosas – J. L. Borges

El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,

un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde

una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,

ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.

Empezamos con Wislawa y la apreciación del cuerpo desde el órgano vital, Mucho Corazón, Giannuzzi y Borges nos invitan a, como sugería el Taoísta, disfrutar de las cosas. Es que desde el principio de los tiempos, la poesía nos ha mostrado cómo desde lo más simple
y cotidiano, surgen otras miradas, y también, desde nuestra infancia con María Elena Walsh.

Canción del Jardinero – León Gieco

Muy bien. Apreciado el espacio personal, la flor más bella del jardín, el confinamiento de algún modo, la vida misma, nos instan a la acción.
Hacer, hacer, hacer. A propósito, el capítulo 3 de Rayuela, por si querés buscarlo, donde Oliveira se pregunta sobre el hacer y el no hacer, todo acto es la renuncia a algo que no haré, etcétera. Y en tiempos de cuarentena, ¿qué hacer? Ray Bradbury nos propone.

Hacer es ser – Ray Bradbury

Hacer es ser
Haber hecho no basta;
llenarse de actividad: en eso está el secreto.
Darse cada hora el nombre de lo acabado,
tabular el tiempo a la puesta del sol
y descubrtise en actos
desconocidos antes de los hechos
conquistados al yo secreto que tantas conquistas necesita
y que así saca
y mata la duda con el simple recurso de saltar, precipitarse, correr
para ser
el yo que acabo de descubrir.
No hacer es morir,
o quedarse por ahí y mentir acerca de las cosas
que quizá hagas algún día
¡Eso no!
El mañana vacío se queda
si ningún hombre le da vida
con su móvil manera de ver.
Deja que el cuerpo te lleve la mente…
como el perro que gu+ia al ciego;
ensaya y practica
hasta encontrar el universo del alma y el corazón
sabiendo que al moverse/ver
demuestra todo el tiempo que ¡hacer es ser!

Y mientras transitamos este periodo de distanciamiento obligatorio, de cuarentena, ¿qué sabemos del mundo que nos espera ahí afuera? ¿Qué esperamos después de esto? Después de esto, o en cualquier momento, hay quienes dirán que la vida no es sino una larga espera, pero esperá, esperar qué. Oliverio Girondo, amigo ya de esta islita, nos brinda una posible respuesta. Los textos de Girondo ponen en tensión al lenguaje, ya van a escuchar las palabras que elige, por ejemplo, y es bastante particular y creativo el modo que tiene el autor para propinar insultos y maldecir. Pero, ojo, si de repente te sentís tocado o agredido por los insultos de Girondo, dejame sospechar que, de algún modo, esos improperios son siempre en primer lugar para el autor mismo, un autor que examina con detenimiento las grandezas y las miserias, propias del ser humano. Entonces, sobre la espera, Girondo

Lo que esperamos – Girondo


Tardará, tardará.

Ya sé que todavía
los émbolos,
la usura,
el sudor,
las bobinas
seguirán produciendo,
al por mayor,
en serie,
iniquidad,
ayuno,
rencor,
desesperanza;
para que las lombrices con huecos pórtasenos,
las vacas de embajada,
los viejos paquidermos de esfínteres crinudos,
se sacien de adulterios,
de diamantes,
de caviar,
de remedios.

Ya sé que todavía pasarán muchos años
para que estos crustáceos
del asfalto
y la mugre
se limpien la cabeza,
se alejen de la envidia,
no idolatren la seña,
no adoren la impostura,
y abandonen su costra
de opresión,
de ceguera,
de mezquindad,
de bosta.

Pero, quizás, un día,
antes de que la tierra se canse de atraernos
y brindarnos su seno,
el cerebro les sirva para sentirse humanos,
ser hombres,
ser mujeres,
—no cajas de caudales,
ni perchas desoladas—,
someter a las ruedas,
impedir que nos maten,
comprobar que la vida se arranca y despedaza
los chalecos de fuerza de todos los sistemas;
y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas
se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.

Y entonces…
¡Ah! ese día
abriremos los brazos
sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
ni recelar de todo,
hasta de nuestra sombra;
y seremos capaces de acercarnos al pasto,
a la noche,
a los ríos,
sin rubor,
mansamente,
con las pupilas claras,
con las manos tranquilas;
y usaremos palabras sustanciosas,
auténticas;
no como esos vocablos erizados de inquina
que babean las hienas al instarnos al odio,
ni aquellos que se asfixian
en estrofas de almíbar
y fustigada clara de huevo corrompido;
sino palabras simples,
de arroyo,
de raíces,
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco;
o mejor todavía,
guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
mientras alguien nos diga,
con una voz de roble,
lo que desde hace siglos
esperamos en vano.

La espera es otra forma de decir esperanza. Tarda en llegar, pero al final…

Zona de promesas – Cerati y Sosa.

Y sea lo que esperamos vaya o no a suceder, ¿quién puede decírnoslo? Siempre atrevido, Nicanor Parra, el poeta chileno, y para el cierre de esta velada propone celebrar

Último brindis – Nicanor Parra


Lo queramos o no

Sólo tenemos tres alternativas:

El ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres

Porque como dice el filósofo

El ayer es ayer

Nos pertenece sólo en el recuerdo:

A la rosa que ya se deshojó

No se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar

Son solamente dos:

El presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos

Porque es un hecho bien establecido

Que el presente no existe

Sino en la medida en que se hace pasado

Y ya pasó…,

                        como la juventud.

En resumidas cuentas

Sólo nos va quedando el mañana:

Yo levanto mi copa

Por ese día que no llega nunca

Pero que es lo único

De lo que realmente disponemos.

El mañana nunca sabe, estuve tentado de pasar esa canción, en el álbum Revolver. Y es cierto, acaso el día de mañana es lo único de lo que
disponemos como dice Parra. En todo caso, siempre estarán ellos, inmortales, a través del universo

Across the Universe – Beatles.

Pastilla Comunicación

Hasta aquí llega nuestro amor, querido náufrago, querida náufraga. Hemos abordado este episodio con la intención de hacer más llevadera la cuarentena, por eso empezamos apreciando a nuestro corazón con Wislawa Szymborska un domingo, y luego los objetos que nos reodean, con la poética de Giannuzzi y Las cosas de Borges. María Elena Walsh nos recuerda, en la voz de Gieco, lo maravilloso de las pequeñas cosas. Ray Bradbury, acaso impulsado por el taoísmo que apenas mencionamos a propósito de las cosas, nos dice Hacer es ser. Y ante la incertidumbre, Girondo nos cuenta Lo que esperamos. Lo que sea, en la Zona de promesas. Y como cualquier ocasión es buena para brindar, cerramos con Nicanor Parra y un Último Brindis. Sea cual sea el escenario que nos espere, siempre estarán ellos A través del universo. Antes de despedirme, especial agradecimiento a DCD y a Tamym, productores involuntarios del Naufragio, y por eso quiero dedicarles este episodio a ellos y también a Noelia. Además, me atrevo a recomendarles que busquen Boquete Podcast, poesía desde el encierro, donde Josefina Avale y Adrián Buenahora, dos radialistas apasionados, comparten poesía. En fin, mi nombre es YoNi Dominguez gracias por la escucha, si te gustó y creés que puede gustar a alguien más, compartilo, y sin más, hasta la próxima.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 21 diciembre, 2019

El Naufragio – Radio XXIV

Ed. 24


Duración: 18’43»

Nuevo Naufragio para despedir este 2019. Los dejo con dos poemazos de Harry Martinson, sueco, Nobel de literatura 1974.
Digo dos poemazos por la relación íntima que tengo con ellos, tocan una fibra personalísima, es decir, la de cuestionarme todo el tiempo esto que llamamos vida.

«Relación» nos habla de la importancia de las palabras y los sueños, y por eso el poema es acompañado por «Sueñero», un clásico del folklore argentino por Jorge Fandermole, su autor. Seguidamente leímos «Vivir de verdad», y como Charly no quiere vivir como digan, canta con León: «Yo no quiero volverme tan loco».

Este episodio abre con una pastillita con versos de Álvaro de Campos, o Fernando Pessoa, «Tabaquería», y en el medio otra pastillita de poesía con versos de Lou Lipsitz. La idea de ellas es dialogar con los poemas que elegí y por su brevedad me sirven para promocionar el episodio en las redes sociales (facebook, ig, tw).


Como digo en el episodio, recomiendo junto a los poemas el texto «La terrible sinceridad» de Roberto Arlt. Acá lo pueden escuchar en la voz de Eduardo Aliverti.

Cualquier comentario, crítica o sugerencia son más que bienvenidos, aquí, a las redes o al mail. Comparta, no sea canute. Gracias.

A continuación, la transcripción del episodio:

TRANSCRIPCIÓN

[Pastilla Sueños: «No soy nada / nunca seré nada / no puedo querer ser nada. / Aparte de esto / tengo en mí todos los sueños del mundo». Álvaro de Campos
«Cath yout dreams before they slip away. Lose your dreams and you will lose your mind. Ain’t life unkind?» «Ruby Tuesday», Rolling Stones.]

[Intro]

Piso:
Buenos días, buenas tardes, buenas noches, aquí su servidor YoNi Dominguez le da la bienvenida a la vigésimo cuarta emisión de El Naufragio
una islita de poesía en el mar de la incertidumbre. En el día de hoy, 21 de diciembre de 2019, leeremos dos poemas de Harry Martinson, poeta sueco,
nobel de literatura en 1974 por, y cito a la academia, textos que capturan una gota de rocío y reflejan el universo.
Algo común en estos dos poemas que elegí de Martinson es la insistencia en la visión poética de la vida, un compromiso de uno mismo con la vida,
en un mundo ocupado en el progreso y las promesas de la técnica. Sin más preámbulo, damos comienzo a la lectura.

[Poema Relación, Música Sleep by Scott Buckley – http://www.scottbuckley.com.au
RELACIÓN
Entre la poesía que vive en tu corazón y la amapola existe un contrato
escrito por el viento y firmado por la destrucción.
Está escrito con una pluma de grulla
mojada en sangre de libélulas.
Para ambos el problema consiste
en saber cómo burlar con astucia a la vida
para que dé su fragancia en las palabras y así éstas
puedan parir sueños sólidos.
Sí, los sueños tienen que construirse más firmes que las ciudades
y diariamente deben ser remendados
y reparados tras los ataques cotidianos y corrosivos del diente de la utilidad
que es peor que el diente del tiempo.

Relación – Harry Martinson]

Sueñero – Jorge Fandermole

[Pastilla Lou Lipsitz: [«Ahora por la otra vida / Por la vida sin errores» Lou Lipsitz. «La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo / Vivir solo cuesta vida» («Luzbelito y las sirenas» y «Ropa Sucia», Patricio Rey y sus redonditos de ricota]

Y para construir sueños más fuertes que las ciudades, eso exige llevar a cabo un proyecto de vida consecuente. Sobre esto, también escribe Martinson
y lo leemos

[Poema Vivir de verdad, Música Childhood by Scott Buckley – http://www.scottbuckley.com.au

VIVIR DE VERDAD
Vivir de verdad es atreverse a elegir las propias opiniones
más que permitir que le obliguen a uno a elegir su realidad.
Te aconsejo que vomites por la boca la realidad que odias.
Sueña de buena gana y de preferencia lo que no quiere la época.
Sepárate de lo típico de los tiempos hacia adelante y hacia atrás.
Los tiempos venideros están violados y cargados de todas
las cadenas imaginables
sobre todo de las de la utilidad y de las del insípido bienestar
con su acolchada seguridad, de tan poco valor para el espíritu,
y sus cochecitos de juguete para todos.

Vivir de verdad – Harry Martinson]

[Yo No quiero volverme tan loco – Charly García]

[Pastilla Contacto: Comunicate con El Naufragio vía facebook.com/ElNaufragioRadio o vía correo electrónico a elnaufragioradio@gmail.com. Lanzá tu botella al mar digital]

Hasta aquí llega nuestro amor, querido náufrago, querida náufraga. Hemos iniciado este naufragio con los primeros versos de Tabaquería, de Fernando Pessoa,
pegados a un fragmento de Ruby Tuesday de los Rolling Stones; ambas obras hablan de los sueños. Y es que hemos leído dos poemas de Harry Martinson.
El primero de ellos Relación y la necesidad de construir sueños fuertes, y por eso coronamos con Sueñero de y por Jorge Fandermole,
ícono vivo del folfkolre argentino. Este clásico que ha sido interpretado por inumerables artistas, lo tomamos del disco Navega, de Jorge Fandermole,
editado en 2018. Luego escuchamos unos versos de Lou Lipsitz (Ahora por la otra vida), que Raymond Carver utiliza como epígrafe para un poema suyo,
«La otra vida». Estos versos de Lipsitz fueron acompañados con dos frases clásicas de Los Redondos sobre la vida, y nos dieron pie para leer
«Vivir de verdad», el segundo poema de Harry Martinson, que terminamos con «Yo no quiero volverme tan loco», el himno indiscutible de la juventud,
de Charly García en compañía de León Gieco, en Yendo de la cama al living, de García, 1982.

Este poema lo conocí hace ya algunos años, y trato de tenerlo siempre presente
a la hora de tomar mis decisiones, con mis errores y mis aciertos. Este poema, así como el texto «La terrible sinceridad» de Roberto Arlt, que lo iba
a leer, pero es largo para ser escuchado, así que en el blog fabricantedementiras dejaré un enlace para que lo puedan leer y escuchar en la voz de
Eduardo Aliverti.

Viva la poesía, viva la música, y que le garúe finito este año y todos los años. Gracias y hasta la próxima.

[Outro]



Posteado por: Fabricante de mentiras | 18 septiembre, 2019

De Cronopios y Esperanzas

Cronopio observa a la Esperanza

Aunque su pelaje tiene otro color
este es Cronopio.
Mira atento a la Esperanza
ese globo de piel rosada,
que no tardará en desinflarse y dejarse caer
esencia de Esperanza.
Cronopio observará
asombrado -acaso por un instante
ese descenso de esperanza
y luego continuará siendo gato
lo que mejor sabe hacer este Cronopio.

Por favor, no se culpe a nadie por este pequeño homenaje a Julio, aquí no se espera Fama.

Y recuérdese, un texto cortado en versos no necesariamente es poesía. Ho detto.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 5 agosto, 2019

El Naufragio – Radio XXIII


Duración: 16’14»

Buenas y santas, visitante de este naufragio. Acá te recibo con un nuevo episodio radial de música y poesía, que me (te) debía hace tiempo.

Siempre se vuelve a Federico García Lorca y en esta ocasión a la gran obra Poeta en Nueva York, en particular al «Poema doble del Lago Edem», cuya versión tomo del estudio «Edición Crítica de ‘Poema doble del Lago Edem’ de Federico García Lorca», por Aguilar-Álvarez Bay (2004); recomiendo muchísimo la lectura del estudio. También, pegale una mirada a la página de wikipedia para ver las ilustraciones de Lorca para este libro, como por ejemplo, esta firma.

Ese cambio de estado que describe el poema, la pérdida de la inocencia contra la que se rebela, me llevó a vincularlo con una sensación similar que la banda Supertramp describe en «Logical song», del álbum Breakfast in America (1979).

Como siempre, cualquier sugerencia es bienvenida, así también los comentarios y las críticas. Puede comunicarse a elnaufragioradio@gmail.com (suscribíte para recibir en tu mail los nuevos episodios) a la fanpage. Por supuesto, también en este mismo blog.

Gracias por leer y por escuhar. Comparta, a no encanutar. Hasta la próxima,
Yo Ni.

Posteado por: Fabricante de mentiras | 3 May, 2019

El Naufragio – Radio XXII


Nuevo año y nuevo naufragio. Bueno, el mismo de siempre, en realidad, con un lavado de cara (¿qué tool? ;). Un naufragio dedicado al día internacional de los trabajadores. César Vallejo y Dylan Thomas (¡¡no se pierda escuchar esa voz!!) nos ofrecen su poesía sobre el trabajo, dos miradas complementarias. Y por eso mismo, dos canciones complementarias: «Por dos pesos con cincuenta» de y por Argetnino Luna (gracias DCD por la recomendación) y el tango «Y sonó el despertador», interpretado por Jerónimo Flores y Sebastián Kusselman.

Si le gustó comparta, si no le gustó, me gustaría saber por qué. Por acá, por facebook o al mail: elnaufragioradio@gmail.com

Para descargar el episodio, click aquí.

Salud!
YoNi Dominguez.

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